EL PROBLEMA DEL CALCIO DE LA LECHE

Cuando valoramos si un alimento es de calidad debemos tener en cuenta que lo importante no es la cantidad de nutrientes presentes, sino la cantidad que nuestro organismo es capaz de aprovechar, o lo que es lo mismo: su biodisponibilidad.

La biodisponibilidad depende de muchos factores, como por ejemplo del resto de nutrientes presentes, ya que muchos utilizan la misma entrada al organismo por lo que compiten haciendo que si pasa uno no pase el otro. Otros nutrientes en cambio utilizan transportadores múltiples que transportan varias sustancias diferentes a la vez y si no están todas presentes la entrada al organismo no se produce.

Para que el calcio pueda ser aprovechado por nuestro organismo debe ir acompañado de las proporciones adecuadas de fosfatos y magnesio (2:1), esta proporción no se da en la leche. Sin embargo si se da la proporción óptima de calcio – fosfato. Valorando estos dos datos en conjunto la conclusión es que la relación de minerales es buena pero no óptima.

La única fuente de calcio de alta biodisponibilidad por su adecuando balance de minerales son los vegetales.

Por otra parte el número canales o puertas de entrada al organismo suele ser variable y sigue una estricta regulación por parte de nuestro organismo. En el caso del calcio es la vitamina D la que aumenta el número de transportadores que permiten la absorción. La vitamina D se sintetiza de manera natural en nuestra piel al someterla al sol y también nos la proporcionan los alimentos entre ellos la propia leche. Si hervimos la leche destruimos parte de la vitamina D y aprovecharemos peor el calcio.

OJO: Las últimos estudios sobre el uso de la leche como fuente principal de calcio señalan que la leche, debido a los ácidos que genera en nuestro intestino, va a generar una disminución anormal del pH en la sangre. Para compensar esta bajada nuestro organismo libera paratohormona, que pondrá en marcha la destrucción de matriz ósea y así neutralizar el ácido gracias al fosfato de los huesos.