EL PROBLEMA DE LOS DULCES

Continuamos ahora con otra creencia popular muy extendida: los dulces son una fuente de buen humor. A nadie le sorprende si afirmamos que en nuestra sociedad se considera el dulce un potente antidepresivo y afrodisíaco, en definitiva un generador de buen humor. Veamos cuánto hay de verdad y cuánto de mentira en esta creencia.

Los azúcares, tanto comunes como refinados, son de rápida asimilación, es decir su entrada desde el intestino no se produce de forma gradual a medida que se digieren, sino que entran de forma masiva generando una fuerte liberación de hormonas. Entre estas hormonas encargadas del  metabolismo de los glúcidos están la insulina, que permitirá que la glucosa se transforme en energía, y la adrenalina  que entre otros efectos actuará en el sistema nervioso central proporcionando sensación de euforia y bienestar. Por lo tanto, SÍ es verdad que el azúcar es a corto plazo un estimulante natural.

Sin embargo, el consumo habitual de azúcares de rápida asimilación desencadena el agotamiento de las glándulas encargadas de producir las hormonas que participan en su metabolismo, como el páncreas, pudiendo con el tiempo dar lugar a diabetes tipo 2, y la glándula suprarrenal con repercusión en todo el metabolismo, el sistema circulatorio y el estado de ánimo. Recientes estudios han demostrado que el consumo diario de azúcar puede provocar postglucemia reaccional, una especie de “síndrome de abstinencia”. Nuestro cuerpo, al estar acostumbrado al consumo de azúcar, reacciona a su ausencia con una bajada muy acusada de los niveles de glucosa en sangre que puede causar nerviosismo, irritabilidad, depresión, agotamiento, infecciones bacterianas.

Además, aunque los consumamos en cantidades moderadas, tienen una serie de inconvenientes que debemos tener en cuenta:

• Son calorías vacías, es decir no son nutrientes necesarios para el funcionamiento de nuestro organismo pero engordan. Además para metabolizar y asimilar el azúcar se consumen importantes cantidades de vitaminas de grupo b y minerales, especialmente calcio.

• Los azúcares que consumimos en exceso se almacenan en forma de grasa.

Una alternativa más saludable para consumir azúcar: 

Como la naturaleza es sabia, el azúcar de la fruta va acompañado de fibra que atrapa gran parte del azúcar entre las redes que forma en nuestro intestino y evita su absorción.